Finales del siglo XXI. La raza humana ha empezado su particular colonización de las lejanas regiones del espacio. Pero no está solo. Los Dracs, una raza de seres a mitad de camino entre hombres y reptiles, reclaman el derecho a la colonización de un rico sistema solar. El piloto Willis E. Davidge (Dennis Quaid) se estrella, después de derribar a una nave draco, en el inhóspito y salvaje planeta Fyrine IV. Casualmente la nave extraterrestre cae a escasos metros, con su piloto drac (Louis Gossett Jr.) aun con vida. Estos dos enemigos por naturaleza, inicialmente destinados a destruirse, deben de sobrevivir al medio, superando sus diferencias y llegando a establecer un vínculo muy personal entre ambos.
Una película de ”¿ciencia-ficción?” que casi todos recordamos pero que no suelen volver a poner en la TV ni es demasiado comentada cuando se recuerda la filmografía de los 80. ¿Porqué?
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