Versión sin censurar del documental 'Rocío', dirigido por Fernando Ruiz Vergara y estrenado en 1980. Las partes originalmente censuradas se muestran en formato reducido con el texto "Fragmento suprimido" (minutos 38:45, 40:45 y 43:30).
Esta edición corresponde a la publicada junto al libro-documental 'El Caso Rocío' (Aconcagua Libros, 2013. ISBN: 978-84-96178-84-7). La única supresión en esta edición es el nombre de José María Reales Carrasco (min. 43:30), terrateniente, fundador de la Hermandad de la Virgen del Rocío de Jerez y alcalde de Almonte durante la dictadura de Primo de Rivera.
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Aparentemente suenan lejanos los
tiempos en que para ir a ver algunas películas o conseguir ciertos
libros había que cruzar la frontera debido a la imposibilidad de hacerlo
en España. Hace unos días, en Portugal, y de la mano del Bloco de
Esquerda, pudo visionarse en su versión íntegra y sin cortes el
documental titulado “Rocío”, censurado en su versión completa en España.
Fernando Ruiz Vergara realizó
esta película en 1980. Un documental que investiga y muestra todo lo que
se esconde detrás de una de las devociones que más pasiones levanta en
España, la de la “Virgen del Rocío”. Sus orígenes, los intereses
políticos y sociales que se esconden tras la “creencia”, la evolución
del fenómeno y todo el dinero que se mueve años tras año en las
celebraciones. A la larga, según se desprende viéndolo, es que su misión
es perpetuar un sistema económico, el capitalista, y mantener una
comarca y a sus visitantes alienados.
Los problemas no tardaron en
llegar. Su proyección en los cines fue paralizada por la denuncia de una
familia de Almonte (Huelva). La escena más polémica y la que sería
perseguida, es aquella en la que un lugareño señala a un terrateniente
de la zona como culpable de unos asesinatos en 1936. Fue rodada de forma
que su nombre no se decía aunque sí aparecía su fotografía mientras la
persona contaba los hechos.
Es en 1985 cuando el juez de la
sala segunda del Tribunal Supremo decide censurar esa escena del filme.
Esgrime como motivos para tal decisión, en la que no dejó intervenir a
los habitantes del pueblo que corroboraban la situación relatada en la
cinta, que "aflora una inoportuna e infeliz recordación de episodios
sucedidos después del 18 de julio de 1936, en los que se escarnece a uno
de los bandos contendientes, olvidando que en las guerras civiles, como
lucha fraticida que son, dejan una estela o rastro sangriento (...) que
es indispensable inhumar y olvidar si se quiere que las generaciones
posteriores convivan de forma pacífica". El testimonio fue eliminado, en
principio con un cartelón negro que anunciaba la decisión y después
suprimida por completo.
Lo que apuntaba como una carrera
prometedora, Fernando Ruiz Vergara era uno de los representantes del
nuevo cine andaluz y su documental fue presentado como candidata de
España para el Festival de Venecia, quedó truncada de tal manera con los
25 millones de pesetas y los tres meses de calabozo que jamás el
realizador se ha vuelto a poner detrás de una cámara.
Hay que recordar que estos
hechos sucedieron en plena democracia y que fue la primera película
secuestrada en ese momento histórico. Todas las veces que se ha emitido
por televisión ha sido en formato censurado, aún sigue vigente la
condena. Más difícil todavía lo tienen aquellos foros reducidos que se
han molestado en mostrarla ya que han tenido que trabajar baja la
supervisión del los abogados y de las presiones de asociaciones
religiosas. Visto este contexto, todavía siguen vigentes ciertos tabúes y
el respeto a ideas impuestas con la fuerza en el pasado. De ahí que
tenga que ser en otros países, en este caso Portugal, donde se pueda
visionar en su formato original una obra que pone en entredicho un
elemento "social” como la devoción que se tiene por algunas “figuras”.
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