domingo, 8 de abril de 2018

POSEYENDO EL CLIMA PARA 2025

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El Clima Bajo Control: Owning The Weather in 2025



Gracias a CTV por la señalacion!
Los esfuerzos de la
ciencia por controlar los
fenómenos atmosféricos.




“En el año 2025 la Fuerza Aérea de Estados Unidos podría ‘adueñarse del clima’, sacar provecho de las tecnologías emergentes y enfocar el desarrollo de éstas en aplicaciones bélicas. Esto ofrecería las herramientas de guerra que modelarían el campo de batalla de maneras nunca antes vistas”, dice el reporte Weather As A Force Multiplier

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Owning The Weather in 2025, elaborado por investigadores de la Fuerza Aérea estadounidense hace 10 años.


Los militares siempre han soñado con tener el poder sobre el clima, y el desarrollo acelerado de la tecnología los acerca a la realización de este sueño. ¿Lo alcanzarán en 2025? Sólo el tiempo lo dirá.


 Seguramente sería un arma escalofriante, pero existe también un lado menos oscuro. 


Si un hombre lograse tener el control sobre el clima, se


podrían evitar catástrofes naturales tales como:sequías, inundaciones y otros fenómenos que provocan tanto sufrimiento en nuestro planeta.


 El dominio del clima,como el de la energía nuclear, podría matar o servir a un ser humano que, como lo demuestra la historia, no sabe ni quiere detenerse en su conquista del universo.


Señores de las lluvias Era el año 1946, un químico de Nueva York, Vincent Schaefer, conducía una investigación descomunal: trataba de crear nubes artificiales en una cámara enfriadora.Una vez, este científico utilizó cristales de hielo seco (bióxido de carbono congelado) para bajar la temperatura en la habitación.


 Para su sorpresa, alrededor del hielo, empezó a formarse una nube. El vapor presente en la cámara se condensaba sobre los cristales de hielo,creando una niebla.Un fenómeno parecido sucede en el cielo: el vapor necesita pequeñas partículas llamadas núcleos para iniciar la condensación; el polvo, arena o cristales de sal pueden servir como núcleos.


 Las gotas de agua crecen sobre estas partículas, y cuando tienen el tamaño suficiente caen en forma de lluvia.Vincent Schaefer, entusiasmado por su descubrimiento, tuvo una idea genial: llevar cristales de hielo seco a las nubes naturales y dispersarlos allí. Utilizó un pequeño avión para esparcir 1.5 kilogramos de cristales de bióxido de carbono en las frías nubes (con una temperatura de -0°C) sobre Massachusetts. El resultado representó el inicio de la investigación sobre modificación del clima: la nieve empezó a caer del cielo.


La técnica de la introducción de las sustancias químicasen las nubes para provocar las lluvias o nieve recibió el nombre de la siembra de nubes (en inglés: cloud seeding) y ha sido utilizada por muchos países con resultados muy diversos: desde la creación de grandes cantidades de lluvia hasta inesperada reducción de la precipitación. Según la Organización Mundial de Meteorología, los proyectos de modificación del clima han sido realizados por más de 40 países.


La eficacia de la siembra de nubes es un tema de polémica entre los científicos. Por ejemplo, en China, la idea de controlar el clima tiene un gran apoyo del gobierno, el cual creó una institución llamada “Oficina de Modificación del Clima”, cuyo objetivo es traer la lluvia a las regiones que experimentan sequía, utilizando los aviones, proyectiles y cañones que envían al cielo el ioduro de plata —una sustancia con propiedades que estimulan las lluvias, descubiertas por Bernard Vonnegut (el hermano de Kurt Vonnegut)—.


Otra tarea ambiciosa que tienen en mente los meteorólogos chinos es asegurar el buen tiempo durante los Juegos Olímpicos en 2008. La gente en este país está convencida de la eficacia de las acciones efectuadas por la Oficina de Modificación del Clima al punto que a veces sucede que un pueblo culpa al otro de robarle la lluvia con la táctica de la siembra en nubes.


Sin embargo, de acuerdo con el reporte elaborado por Weather Modification Association, una organización internacional creada en 1950, esta idea es falsa, ya que no existe ninguna evidencia de que un aumento de la precipitación en una región, provocado por la técnica de siembra de nubes,reduzca la lluvia en otro lugar.Conquista de las lluvias en África Existen límites del control del clima que la naturaleza misma nos impone.


Según William Cotton, investigador en la Universidad de Colorado,en el Departamento de Ciencias Atmosféricas,las posibilidades de provocar una lluvia con cristales de hielo (técnica llamada método estático) son muy limitadas: para que el procedimiento funcione, las nubes necesitantener temperaturas muy bajas (desde-10 hasta -25 grados centígrados) y la siembra debería ser efectuada en un lapso de tiempo muy preciso.


 “Este ámbito limitado de las oportunidades para aumentar la lluvia, utilizando el método estático de la siembra de nubes, puede explicar por qué algunos experimentos han sido un éxito, mientras que otros han producido reducciones en la cantidad de precipitaciones o no han dado ningún resultado. Un experimento con buenos efectos en una región no garantiza que la siembra en otra sería exitosa, a menos que todas las condiciones ambientales hayan sido replicadas, además de la metodología del procedimiento.


Evidentemente, eso es muy improbable”, afirma Cotton en su reporte sobre lamodificación del clima. Pero los científicos que realizaban sus estudios en Sudáfrica desarrollaron también un método para sacar el agua de las nubes calientes. En las partes tropicales las lluvias se forman gracias al proceso llamado coalescencia:las gotas grandes absorben a las pequeñas, y de esta manera aumentan su tamaño hasta crear las gotas con dimensiones suficientes para vencer la resistencia del aire y caer como lluvia.


 Las gotitas que se encuentran en las nubes son tan pequeñas que hace falta que se unan millones de ellas para formar una sola gota de lluvia; las partículas de agua también pueden juntarse mediante colisiones.Este fenómeno natural inspiró en los científicos la idea de ayudar a las gotas a unirse, introduciendo en las nubes las sustancias que atraen agua, como cristales de sales.


 Según el National Center for Atmospherical Research (ncar) en Colorado, la siembra de nubes con el método higroscópico (así se llama esta técnica) en la República Sudafricana, en el año 1990,aumentó la cantidad de las lluvias entre 30 y 60 por ciento, comparado con la cantidad que hubiera caído sin la siembra, estimada por los cálculos del ncar. La siembra de nubes en México Los investigadores del método higroscópico continuaron con sus experimentos en México, en el estado de Coahuila, donde tuvieron el apoyo del gobierno y decientíficos mexicanos.


 Los intentos por traer lluvia a la tierra árida de Coahuila empezaron en 1996 y duraron tres años. ¿Los resultados? De acuerdo con el informe de ncar: “La lluvia de las nubes sembradas duraba más tiempo, el área de precipitación era más grande y su cantidad total era más alta (a veces el doble) que la de las nubes que no habían sido sembradas. En muchos casos los resultados eran estáticamente significantes desde 20 minutos hasta una hora después de la siembra”.


 Aún no se conocen perfectamente los procesos que implican la creación de lluvia, pero los estudios realizados durante más de medio siglo indican que la ciencia está en un buen camino para lograr el control sobre este fenómeno atmosférico. Según el reporte de la Weather Modification Association: “50 años de investigaciones y operaciones en 43 países han demostrado que los programas diseñados apropiadamente y realizados por las personas competentes pueden disipar la niebla, aumentar las cantidades de lluvia o nieve estacional y disminuir los daños causados por granizo”.


 El doctor Thomas DeFelice, ex presidente de esta asociación y especialista en la modificación del clima, afirmó delante del Subcomité Estadounidense para Predicción y Prevención de Catástrofes, en noviembre de 2005: “Las tecnologías de la modificación del clima son la clavepara resolver muchos problemas científicos, ambientales y socioeconómicos, presentes y futuros, como el aumento del sufrimiento humano y los daños en las propiedades causados por el clima azaroso,fuego y otros peligrosambientales relacionados con la ‘lluvia ácida’ o la guerra biológica y química, por dar un ejemplo.


Las aplicaciones de estas tecnologías en general aumentan la cantidad de lluvia, que representa 1% del agua global”. El clima en manos militares El ejército estadounidense también tiene sus ideas para utilizar la capacidad de controlar la precipitación que la humanidad está adquiriendo actualmente. “Mientras que muchas operaciones militares pueden ser influidas por la precipitación, la movilidad del suelo es la más afectada. El dominio sobre la lluvia puede resultar útil de dos maneras. Primero, el aumento de precipitación podría empeorar la circulación del enemigo a causa del terreno fangoso, además de afectar su estado de ánimo.


 Segundo, la supresión de las lluvias podría mejorar la circulación de los aliados, gracias al secado del área. ¿Cuál es la posibilidad del desarrollo de esta práctica y su aplicación en las operaciones tácticas para el año 2025? Más grande de lo que uno podría pensar. Durante muchos años se han realizado estudios sobre la modificación de las cantidades de precipitaciones y un aspecto de la tecnología resultante fue aplicadoa las operaciones durante la guerra de Vietnam.


 Estos intentos iniciales proveen una base para el desarrollo futuro de la verdadera capacidad de una selectiva modificación de la cantidad de lluvias”, dice el reporte El clima como un multiplicador de fuerza: adueñándose del clima en 2025. Calentando el cielo Aunque en 1977 la Organización de las Naciones Unidas tomó una resolución que prohibe el uso de técnicas de modificación del clima para objetivos militares, existen proyectos de investigación llevados por ejércitos que podrían transformarse en un arma muy peligrosa.


 Un ejemplo es el plan haarp: High Frequency Active Auroral Research Program, que pertenece a la Fuerza Aérea y Marina estadounidenses. En el bosque de Alaska, cerca de Gakona, los soldados han talado cientos de árboles para reemplazarlos por antenas, cuyo propósito es enviar energía, en forma de ondas de radio, al cielo. Los investigadores intentan lograr algo parecido a lo que hace el Sol cuando ilumina el cielo ártico con el magnífico espectáculo de la aurora.


El fenómeno de aurora ocurre cuando las partículas expulsadas por la estrella (principalmente electrones y protones) llegan a la atmósfera terrestre y chocan con los átomos que la constituyen. La energía transmitida durante estas colisiones se manifiesta como el multicolor juego de luz en la pantalla celeste.


 El viento solar (así se llaman las partículas cósmicas) se acerca a toda área iluminada de nuestro planeta, pero el campo magnético de la Tierra lo desvía hasta las regiones polares, donde se puede observar el encuentro del viento con la atmósfera terrestre. Las partículas cargadas que nacen del Sol, al llegar a la Tierra, ya tienen una energía enorme, pero el campo magnético las acelera aún más: antes de colisionar con la atmósfera pueden alcanzar los 60,000 kilómetros por segundo.


 Gracias al manto de gases que envuelve a la Tierra, estamos a salvo de estos viajeros fantásticos, pero en los casos de alta actividad solar las partículas pueden provocar muchos daños, como la avería de la red energética y perturbaciones en la propagación de las ondas
electromagnéticas (de radio y televisión).


Otro resultado del choque de la materia solar con la atmósfera terrestre
es su calentamiento, que provoca la expansión del manto gaseoso. 


Ahora, si los gases se expanden hasta el área donde orbitan los satélites, rozarían con ellos, provocando la pérdida de su velocidad, además de que esto podría generar la caída del satélite. Pero, ¿qué es lo que pretenden los militares de haarp si la interacción de las grandes cantidades de energía con los gases de la Tierra puede traernos tantos perjuicios?


 Los creadores del proyecto afirman que éste se realiza con toda seguridad, ya que su escala es muy pequeña. El transmisor ha sido diseñado para trabajar con la potencia máxima de 3.6 megawatts (3.6 millones de watts) y la frecuencia de ondas entre 2.8 y hasta 10 megahertz.


Según los investigadores del proyecto, estos parámetros no afectarán la atmósfera de manera significativa. Además se tomaron precauciones para que las ondas transmitidas de las antenas sólo
perturben las partículas cargadas de la ionósfera (la capa externa de la atmósfera), adentro del área con el diámetro de 48 kilómetros y hasta la altitud de 480 kilómetros encima de la superficie terrestre.

Es importante que el transmisor haya sido diseñado para calentar únicamente las partículas cargadas, ya que los átomos neutrales eléctricamente nos protegen contra la radiación ultravioleta. ¿El arma oculta?

 Los investigadores de haarp examinan
los procesos físicos que ocurren en la ionósfera cuando las ondas electromagnéticas la calientan. Sus experimentos
podrían servir para entender la interacción de las partículas provenientes del Sol con la atmósfera terrestre. 

Uno podría imaginar que en el futuro los humanos serán capaces de explotar las posibilidades de la ionósfera para encender el cielo, como ahora prendemos las lámparas, o utilizarla para transmisiones visuales; sin embargo,todavía estamos lejos de esos espectáculos.Pero, ¿cuál es el provecho que el ejército podría sacar de esta investigación?


 Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos: “El interés en los estudios realizados por el haarp se deriva de los numerosos sistemas de comunicación,vigilancia y navegación, cuyos caminos pasan por la ionósfera.


 Además existe un potencial inexplorado dentro de las innovaciones tecnológicas, que sugieren aplicaciones como la
detección de objetos sumergibles, comunicación a grandes profundidades del mar o de la Tierra y la generación de emisiones infrarrojas y ópticas. 


Ésta es la versión oficial que ya causa bastante impresión, sin embargo, el misterioso proyecto de cinco siglos podría ocultar mucho más. Raras veces los ejércitos revelan sus secretos.


El desarrollo de nuevas tecnologías lleva consigo el peligro de emplearlas como arma mortal, lo que confirmanlos autores del informe sobre la utilización militar del clima en el año 2025: “La historia indica que la capacidad


de modificar el clima existirá, a pesar del riesgo. La gente siempre ha querido controlarlo, y el deseo, la motivación y los recursos finalmente producirán la tecnología.


 No podemos quedarnos atrás en cuanto a la modificación climática se refiere cuando otros, incluso, ya están usando esta tecnología. Aun si nosotros no tuviéramos la intención de usarla, otros lo harán
”.

POR BEATA KUCIENSKA


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