lunes, 17 de junio de 2019

Iñaki Gabilondo: "Vox es el franquismo, exactamente lo que nos quisimos quitar de encima"

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"Todos sabemos que el 155 prolongado para Catalunya es un disparate absoluto", asegura Gabilondo

"En política la trampa pasa a ser casi virtud. Me pregunto cómo educan a sus hijos estos representantes públicos que se comportan así en la política"

"Casado se tendría que llamar ‘Casadox’, porque se ha convertido en una especie de promotor del pensamiento de Vox"

 

Iñaki Gabilondo: "Vox es el franquismo, exactamente lo que nos quisimos quitar de encima"


 El periodista Iñaki Gabilondo en una entrevista con eldiario.es


 "El desprestigio de la política ha arrastrado al periodismo", asegura Iñaki Gabilondo, que tiene clara cuál es la fórmula para recuperar esa confianza: "Poner rumbo al hombre y a la mujer, al ser humano". 


En esta larga entrevista en la redacción de eldiario.es, el periodista más reputado de España reflexiona sobre su oficio y sobre el momento político: sobre la campaña electoral, el juicio al procés catalán, el auge de la extrema derecha o el feminismo. Gabilondo habla con la experiencia de una carrera profesional incomparable, la mayor parte de ella ligada a los micrófonos de la Cadena SER, donde ha sido durante décadas la voz más escuchada de la radio y aún mantiene una influyente opinión diaria......



Gabilondo mantiene su mesura habitual, pero no esconde sus posiciones: "Hay que intentar evitar que esa derecha tripartita llegue al poder, sería una auténtica desgracia". No se muestra especialmente ilusionado con la alternativa más probable, un gobierno del PSOE sin apoyos claros "que estaría también condenado a ir dando bandazos sin poder moverse mucho" por la imposibilidad de lograr acuerdos más sólidos, que cree imprescindibles para solucionar los grandes problemas de España. "Las salidas durables, los acuerdos transversales y cruzados, ahora mismo son inverosímiles".


Hace unas semanas, el líder de la oposición llamó al presidente del Gobierno felón, alto traidor, irresponsable, iluminado, golpista, ilegítimo, incapaz, desleal.... ¿Está más crispada la política española en estos últimos tiempos o esto ha pasado más veces?
Ha pasado siempre. Ahora está más abaratada. El disparate se ha abaratado más porque algunos de los protagonistas que participan en el asunto tienen un nivel no demasiado alto. Esto no es nuevo, suena peor porque se están cargando mucho las tintas y porque procede de personas que en principio no te ofrecen una primera sensación de solvencia.


¿Está la sociedad española a la misma altura de sus principales líderes políticos? ¿O por encima o por debajo de ellos?
Siempre ha sido la gran disputa, si tenemos los líderes que nos merecemos. No lo sé, supongo que debe de haber un poco de todo. Lo que sí es cierto es que hay actividades que tienen un compromiso mayor, como la política. De forma que, sea cual sea la rueda, si empieza por aquí o empieza por allá, eso no puede justificar la irresponsabilidad de los responsables públicos, que tienen que comportarse de una especial manera. A mi juicio, puede que sean hijos de esta sociedad y por tanto no constituyen ninguna especial excepción. Pero desde el momento que ocupan un puesto de esta carga representativa tendrían que estar comprometidos a unas actitudes, a unos comportamientos, que por desgracia no siempre cumplen.


Hace unos días entrevisté a la alcaldesa Manuela Carmena y me decía que lo que más le disgustaba de la vida política era encontrarse con la mentira y con el insulto de manera permanente y cotidiana. Me decía que esto en ningún otro ambiente de la sociedad española se permitiría, ni en el académico, ni en el profesional ni en el personal, y que en cambio en la política es la moneda común. ¿Crees que es cierto? ¿La opinión publicada y el debate político están más crispados que el debate ciudadano y la opinión pública?
Hace mucho tiempo que denuncio esa especie de bula que la política cree tener para seguir unos principios y unos códigos de comportamiento distintos a los de la sociedad civil. Yo eso no lo acepto. Sin embargo parece que la sociedad lo ha dado por bueno. Hay un código de comportamiento cívico que está en vigor en general y que deja de estar en vigor de pronto cuando se irrumpe en la política.


A eso me refiero.
  
En política la trampa pasa a ser casi virtud. Yo muchas veces me pregunto cómo educan a sus hijos estos representantes públicos que se comportan así en la política. Me gustaría muchísimo saberlo. ¿En qué principios les educan? ¿En los principios de la sociedad civil? Seguramente, sí. ¿O en los principios que ellos con toda naturalidad esgrimen, donde incluso alardean de la trampa, la zancadilla y la mentira?


No acepto la existencia de dos códigos morales, uno para la sociedad y otro para la política, y creo que es una de las cosas que más daño le está haciendo a la política. El hecho de que hayan terminado por creerse autorizados a disponer de un reglamento propio, con valores que son anti valores en el resto de la sociedad. Y los políticos que tratan de esgrimir argumentos a favor de unos comportamiento más o menos cívicos pasan inmediatamente a ser considerados blandos, equivocados, gente de poca entidad, gente sin garra, condenados a no llegar a ningún sitio. Nunca he podido entender esto. Creo que eso le hace un daño enorme a la política.


¿Qué esperas de esta campaña electoral? ¿De estas dos campañas electorales que nos vienen encima?
Bueno, de estas dos campañas y de la combinación de las dos campañas. Porque cuando acabe el resultado de la primera, el 28 de abril, vamos a estar parados sin saber qué hacer con ese dato. Hasta ver cómo se guisa lo siguiente.


Espero que se siga jugando como se está jugando hasta ahora. No creo que haya grandes novedades. Lo más llamativo para mí de esta campaña hoy lo comentaba José María Izquierdo, pero él lo atribuía a una cosa y yo lo atribuyo a otra. Izquierdo decía que estaba sorprendido del silencio de Vox, que de pronto ha desaparecido de la circulación.


Sí, es cierto.
No aparece por ningún sitio.


Vox está influyendo en los discursos de todos los partidos, pero los líderes de Vox apenas hablan.
Sí. Y decía José María Izquierdo que eso le parece mal, que ‘por qué no hablan’, ‘atrévanse a salir’. Yo creo que no es que no se estén atreviendo. Están siendo muy inteligentes. Están escondidos detrás del barullo que monta el Partido Popular.


Y de su líder, Pablo Casado.
Creo que Casado se tendría que llamar ‘Casadox’, porque se ha convertido en una especie de promotor del pensamiento de Vox que, sin necesidad de gastarse y sin necesidad de salir a una palestra que sabe que le va a ser muy hostil porque tiene un montón de elementos de ataque, pues están perfectamente camuflados y viajan en carro. Crecen y crecen y crecen sin gastar nada. Su coche avanza sin gastar una peseta de gasolina, se la ponen los demás.


¿Cómo calificarías a Vox? ¿Derecha? ¿Extrema derecha? ¿Ultraderecha?
Para mí es el franquismo. No quiero entrar en planteamientos técnicos, que se los dejo a los expertos en política; ellos sabrán cómo se disecciona ese producto. Yo tenía 33 años cuando Franco se murió.


Es decir, viví 33 años de mi vida, casado y padre de tres hijos, con Franco en mi cabeza, en mi corazón, en mi mundo y en mi alma. Si tuviera que explicar en qué consiste este pensamiento ultra españolista, ultra centralista, basado en estos principios de patria, Dios, España, los viejos valores… Ponle el color que tú quieras, pero Vox es el franquismo. Me resulta absolutamente reconocible porque lo viví. Me rejuvenece, me devuelve a mi infancia, a mi juventud. Porque Vox es exactamente eso. Es exactamente lo que nos quisimos quitar de encima.



 https://www.eldiario.es/politica/Inaki-Gabilondo-Vox-franquismo- 





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