La reina ninfómana, Isabel II de España La vida de Isabel II se basa en una fiesta continua. Se acostaba a las cinco de la mañana y se levantaba a las tres de la tarde. Este modo de vida levantaba fuertes críticas en la sociedad española.
Las preferencias S E X U A L E S de los Borbones
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Enfermedad, locura, voracidad ual, endogamia… son sólo algunos de los
estigmas que jalonan las crónicas de los borbones, repleta de escándalos
y extrañas muertes. Su obsesión.
Con la muerte de Carlos IV, se acabó la dinastía de los Borbones, pues
su mujer ía Luisa de Parma, tuvo 24 embarazos y ella misma confesó a
Fray Juan de Almaraz que ninguno fue de su marido.
La historia de como un gran imperio empezó su decadencia lentamente.
Isabel nació, el diez de octubre de 1830, en
Madrid. Su padre era Fernando VII y su madre María Cristina de
Borbón-Dos Sicilias, que era la cuarta esposa del rey y además era su
sobrina carnal. En sus tres anteriores matrimonios no había tenido
descendencia
. Después de tener a Isabel II tuvo otra hija, la infanta
Luisa Fernanda, que nació en 1832.
Sube al trono cuando todavía no había cumplido los tres años. Esto se
produjo por el fallecimiento del rey en 1833 y por no haber tenido
hijos varones. Fernando VII promulgó antes de fallecer la Pragmática
Sanción, por lo cual se derogaba la Ley Sálica, que impedía a las
mujeres acceder al trono.
Este hecho provocó la sublevación del infante
Carlos María Isidro de Borbón, que era hermano de Fernando VII y en
consecuencia heredero al trono de España.

Retrato de Isabel II con la princesa de Asturias, Isabel, niña, de Franz Xavier Winterhalter (Palacio Real).
Este hecho marcó para siempre el reinado de Isabel II, puesto que los
absolutistas se agruparon en torno a los derechos dinásticos del
infante Carlos María, provocando las conocidas tres guerras carlistas,
que ensangrentaron al país a lo largo del siglo XIX.
Como no tenía Isabel II edad para reinar, fue nombrada como Regente
su madre, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias que duró desde 1833 a
1840. A los dos meses de quedarse viuda y siendo ya regente en nombre de
su hija tuvo un nuevo amante, Fernando Muñoz, que era sargento de la
guardia real, dos años más joven que ella.
A pesar de todos los intentos
de ocultarla, fue en vano, pues cada año quedaba embarazada, lo que
delataba ante la población una situación difícilmente justificable
cuando seguía siendo viuda.

En las tabernas y conciliábulos del país se decía “La regente es una dama casada en secreto y embarazada en público”.
Los carlistas enemigos de ella, popularizaron una copla alusiva:
Clamaban los liberales
Que la reina no paría
¡Y ha parido más muñecones
Que liberales había!
Que la reina no paría
¡Y ha parido más muñecones
Que liberales había!
Ante los escándalos que había en la Corte, hace que sea sustituida
por el primer espadón de la época, el general Espartero, hasta que éste
fue obligado a abandonar el cargo a mediados de 1843. Con la finalidad
de evitar una tercera Regencia, se adelantó la mayoría de edad de Isabel
II a trece años.
SU EDUCACIÓN
La Regente María Cristina no se preocupó de la preparación educativa y
política de su hija para el desempeño de tal alto cargo. Exclusivamente
se dedicó a su nuevo amante. Isabel II careció de un ambiente familiar y
de la afectividad de su madre, a todo ello hay que unirle la ausencia
de una educación adecuada y de una preparación política para una
persona destinada a ser Reina de España.
Su educación además dependía de los vaivenes políticos, como ocurrió
en 1841 cuando se produce un cambio radical cambiando al preceptor. A
ello hay que unir que con trece años es nombrada Reina de España,
podemos entender como fue fácil presa de la manipulación partidista e
interesada
Tampoco el poder político, ya fueran los progresistas o moderados, se
preocuparon de preparar a Isabel II, pues todos partían del principio
básico, de que cuanto más ignorante permaneciera, mejor resultaría
servirse de ella y de su cargo.

El preceptor mayor era Agustín Arguelles, su profesor general José
Vicente Ventosa, su maestro de música, Francisco Frontela, también
llamado Valldemosa y también formaba parte de los preceptores Salustiano
Olózaga, hombre inteligente y que destacaba por su gran preparación
jurídica. Recibió una educación basada en la formación doméstica, en la
religión y el estudio del piano. Despojada de cualquier estudio
humanístico y político.
Estos preceptores están en el inicio de las habilidades sexuales de
Isabel II. José Vicente Ventosa fue expulsado de palacio por razones
graves. Francisco Frontela, se le conocía como el amante de la reina y
ésta le concedió la Cruz de Carlos III. Salustiano Olózaga fue el
encargado de desflorarla y de iniciarla en los principios amorosos.
Isabel II tenía un carácter temperamental y apasionado, al mismo
tiempo que mostraba una ardiente sensualidad probablemente heredada de
su madre. Otro aspecto muy reseñable era su gran generosidad y su ánimo
alegre y vivaraz, que hacía muy agradable su presencia.
Isabel II se vio fácilmente manipulada por los intereses
partidistas, tanto por sus familiares como por las camarillas cortesana y
determinados políticos. Al mismo tiempo, se veía las dificultadles que
tenía para cumplir de forma eficaz las funciones políticas que el
sistema constitucional le confería.
De esta época podemos valorar la descripción que hace el conde de Romanones de Isabel II:
“A los diez años Isabel resultaba atrasada, apenas si sabía leer
con rapidez, la forma de su letra era la propia de las mujeres del
pueblo, de la aritmética apenas sólo sabía sumar siempre que los
sumandos fueran sencillos, su ortografía pésima. Odiaba la lectura, sus
únicos entretenimientos eran lo juguetes y los perritos. Por haber
estado exclusivamente en manos de los camaristas ignoraba las reglas del
buen comer, su comportamiento en la mesa era deplorable, y todas esas
características, de algún modo, la acompañaron toda su vida”.
Isabel II era una mujer con escasas cualidades intelectuales, como se
puede comprobar en las Cartas que se conservan de la Reina en la
Academia de la Historia de Madrid. podremos observar la simpleza de sus
planteamientos.

SU MATRIMONIO
El ocho de noviembre de 1843, Isabel II es declarada mayor de edad
con trece años. El primer problema que debe afrontar es del matrimonio.
Este matrimonio se convierte no sólo en una cuestión de Estado sino en
un problema europeo, pues lo que todos quieren es que no se rompa la
actual situación de alianzas y equilibrios, que había en ese momento en
Europa. Todos los países maniobran para que la nacionalidad del nuevo
Rey no perjudicase sus alianzas e intereses.
Su madre María Cristina, plantea como marido al conde de Trapani, que
era hermano de su madre y en consecuencia tío carnal. Francia plantea
la candidatura del duque de Montpensier, que era hijo de Luis Felipe.
También aspiraba el infante Enrique que era el segundo hijo de Francisco
de Paula y de Luisa Carlota, hermana de su madre María Cristina, pero
esta candidatura se vino abajo por su colaboración en el alzamiento
carlista de Galicia.
Mientras sectores sociales españoles apoyan la idea de casarla con
Carlos Luis de Borbón y Braganza, conde de Montemolín, hijo de Carlos
María Isidro, el cual abdicó para facilitar el enlace, con lo que el
problema dinástico se hubiera evitado, pero Isabel II no aceptó. Para
ello contó con el apoyo de los liberales, y ahí está el origen de la
segunda guerra carlista.

El general Narváez propuso a Francisco de Paula de las Dos Sicilias,
conde de Trapani, pero este fue rechazo por los progresistas. La madre
reina, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, propone a Leopoldo de
Sajonia-Coburgo-Saalfeld, que era pariente de la reina Victoria.
Luis
Felipe de Francia apoya la candidatura de cualquiera de sus dos hijos,
Enrique de Orleans, duque de Aumale o de Antonio, duque de Montpensier,
que acabó casándose con la hermana de Isabel II, la infanta Luisa
Fernanda de Borbón.
Se celebra la conferencia de Eu, donde tanto Francia como Inglaterra
renuncian a que sus candidatos se casasen con Isabel II, por lo que se
opta por Francisco de Asís de Borbón, que era considerado un hombre
apocado y de poco carácter, que no iba a interferir en la política
Francisco de Asís de Borbón, hijo del Infante Francisco de Paula y de
Luisa Carlota, era además primo hermano de Isabel. Esta elección
satisfacía a todos los sectores políticos del país, porque lo
consideraban un personaje políticamente inocuo y además se fundían en
una sola las dos ramas reales.
La boda se celebró en Madrid, el 10 de octubre de 1846, cuando Isabel
cumplía dieciséis años, siendo una boda doble pues también se casó su
hermana Luisa Fernando de Borbón, que tenía catorce años con el príncipe
Antonio de Orleans, duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe I
de Francia
La expresión que se oía esos días en España era: ¡Pobres niñas, condenadas a sendos matrimonios de conveniencia para salvar el trono!

Al conocer el nombre de su futuro marido, Isabel II se negó diciendo ¡No, con Paquita, no!
Pero su madre María Cristina y una monja oscura, que estará presente en
toda su vida, sor Patrocinio, le presionaron para que aceptara.
Así el
día antes del matrimonio Isabel II dijo a su madre: “He cedido como
reina, pero no como mujer. Yo no he buscado a este hombre para que fuese
mi marido; me lo han impuesto y no lo quería”.
Su noche de boda fue un fracaso. Es conocido el comentario que hace Isabel II al diplomático León y Castillo “que voy a decir de un hombre que en la noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”.
La presencia de Francisco de Asís enseguida levantó muchos dichos populares y se crearon numerosas coplas como la siguiente:
Isabelona / Tan frescachona / y don Paquita / tan mariquita
Desde el principio de su matrimonio ambos mostraron una mutua
antipatía. Francisco de Asís era homosexual, mientras que era conocida
la escandalosa afición de la reina Isabel por los hombres.
Esto
producía constante separaciones. Son conocidas, como determinadas
personas debían intermediar entre la pareja regia, como fue el general
Narváez, el confesor de la reina, el arzobispo Antonio María Claret y
hasta el mismo Papa, Pío IX
SUS AMANTES
La vida de Isabel II se basa en una fiesta continua. Se acostaba a
las cinco de la mañana y se levantaba a las tres de la tarde. Este modo
de vida levantaba fuertes críticas en la sociedad española.

El primer amante oficial fue el general Serrano a quien Isabel II le
calificaba “el general bonito”, y producía un auténtico escándalo porque
la reina lo perseguía por todos los cuarteles de Madrid. Llegó a tal
nivel el escándalo, que el ejército decidió trasladarlo fuera de Madrid.
Otros amantes reconocidos son el cantante José Mirall, cuya voz
entusiasmaba a la reina. El conocido compositor Emiliano Arrieta, el
coronel Gándara, también Manuel Lorenzo de Acuña, marqués de Bedma.
Destaca el capitán José María Arana, conocido como ”el pollo Arana”,
en esta relación hay una anécdota, que su marido Francisco de Asís, un
día le dijo a la reina que tuviera cuidado con el pollo Arana, que le
estaba poniendo los cuernos.
Lo ascendió a coronel y le otorgó la Cruz
Laureada de San Fernando. Fruto de esa relación nació la infanta
Isabel, que sería llamada popularmente la Araneja y también la Chata.
Otra relación también muy conocida fue con el capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó conocido como “el pollo real”,
que fue el padre de Alfonso XII, al que llamaron puigmolteño. Se dice
que un día hablando Isabel con su hijo Alfonso XII de dijo “Hijo mío, la única sangre Borbón que corre por tus venas es la mía”.
Otro amante reconocido fue el general O´Donnell que había llegado al
poder con la Vicalvarada, iniciándose un periodo histórico conocido como
el bienio progresista, dirigido dicho gobierno por la Unión Liberal
(1854-1856). O´Donnell se sintió atraído por Isabel II y ésta le
respondía, cultivando un amor platónico, que aumenta su comprensión y
confianza mutua.
La diferencia de edad entre ambos, veintiún años no les
importaba nada.
Sin embargo, este entendimiento fue cambiando por la
influencia conservadora, que ejercían sobre la Reina, el padre Claret y
sor Patrocinio, conocida como la monja de las Llagas, que intentaban
neutralizar las medidas liberales que el gobierno de O´Donnell tomaba
sobre la Iglesia. Esto llevó, a que Isabel II humillara públicamente a
O´Donnell, provocando su cese.

Cabe destacar la anécdota, de que en el año 1860, O´Donnell va a
despedirse de Isabel II antes de iniciar una nueva guerra en Marruecos,
la Reina le dice cariñosamente que si ella fuera hombre iría con él.
Francisco de Asís que estaba presente, añadió “lo mismo te dijo O´Donnell, lo mismo te dijo”.
Otros amantes fueron el secretario Miguel Tenorio; el cantante Tirso
Obregón; José de Murga y Reolid, marqués de Linares por concesión real;
el gobernador de Madrid y posterior ministro de Ultramar, Carlos Marfori
y Calleja, que le acompañará a París cuando se exilia por el triunfo de
la Gloriosa de 1868. El capitán de artillería, José Ramón de la Puente.
Fruto de estas relaciones tuvo los siguientes hijos:
- El 20 de mayo de 1849 da a luz un varón fallecido en el parto, hijo del marqués de Bedmar.
- El 12 de julio de 1850 dio a luz un nuevo varón que falleció a los
cinco minutos de nacer, enterrado en el Panteón de príncipes de El
Escorial y que probablemente fuera hijo del rey consorte Francisco de
Asís de Borbón.

- El 20 de diciembre de 1851, dio a luz a la infanta María Isabel
Francisca de Asís, popularmente conocida como la Chata, princesa de
Asturias, hasta el nacimiento de Alfonso XII, hija del capitán José Ruiz
Arana.
- El 5 de enero de 1854, nace la infanta María cristina, muerta al
poco de nacer y que fue enterrada en el Panteón de El Escorial, de padre
desconocido.
- El 24 de noviembre de 1855, tuvo un aborto avanzado, tras haberse
publicado en la Gaceta de Madrid el embarazo real, de padre no conocido.
- El 20 de junio de 1856, hay un nuevo aborto de padre no conocido.
- El 28 de noviembre de 1857; Alfonso, príncipe de Asturias y más
tarde rey de España, era hijo del capitán de ingenieros Enrique Puig
Moltó. A punto de dar a luz al futuro Alfonso XII, la Reina pregunto
al médico que la atendía Tomás Eustaquio del Corral y Oña, si la
criatura sería varón o hembra. Le contestó “Varón”, por ello y en señal
de agradecimiento le nombró marqués del Real Acierto.
- El 26 de diciembre de 1859, da a luz a la infanta Concepción, muerta a los veintiún meses, hija del rey consorte.

- En el año 1861 tuvo a María del Pilar Berenguela fallecida a los dieciocho años.
- En el año 1862 tuvo a María de la Paz de Borbón y Borbón, que fue casada con Luis Fernando de Baviera.
- En el año 1864 tuvo a María Eulalia de Borbón y Borbón, duquesa de Galliera, fue casada con Antonio de Orleans y Borbón.
- En el año 1866 nació Francisco de Asís Leopoldo de Borbón y Borbón, fallecido a las pocas semanas de nacer.
EL REY FRANCISCO DE ASÍS
Mientras todo esto sucedía su marido Francisco de Asís y Borbón tuvo un amigo de por vida, Antonio Ramón Meneses, con el que convivió toda su vida. Ante los continuos amantes de Isabel II, los asumió con naturalidad. Por el reconocimiento de la paternidad de los hijos de Isabel II, recibía a cambio un millón de reales por hacer la presentación de cada uno de ellos.
Como dice Isabel Burdiel “casada a los dieciséis años con su
primo Francisco de Asís, a quien aborrecía, Isabel II tuvo en ese marido
a su más ferviente enemigo, el espía de todos sus actos, el
deslegitimador de sus derechos al trono”.
Una copla popular decía de Francisco de Asís:
Gran problema es en las Cortes
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea sentado
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea sentado
Destacaba por su capacidad de intrigar en las Cortes, su gusto por
las conspiraciones, su tendencia a clericalizar el juego político
mediante el apoyo a personajes oscuros de la Iglesia. Debe destacarse
el papel del confesor del rey, el padre Fulgencio y de sor Patrocinio,
que ejercieron una nefasta influencia en las relaciones entre ambos
cónyuges.
Francisco de Asís prefería el palacio segoviano de Rio Frío a la
cercanía de su esposa en el Palacio Real de Madrid. Ya en el exilio
se instaló en Epinay retirado de la vida pública y dedicado a su afición
a los libros y al coleccionismo de obras de arte, hasta que muere en
1902, dos años antes que la Reina
EL FINAL DE ISABEL II
El 28 de septiembre de 1868, se produce el levantamiento de la Gloriosa, encabezada por los generales Prim, Serrano y el almirante Topete que contó con un gran apoyo popular que cantaban el himno de Riego y gritaban ¡Mueran los Borbones! Y que en algunos momentos se convirtió en ¡Mueran los bribones!. Esto supuso la salida de Isabel II al exilio de París. Desde él, no dejó de conspirar e hizo todo lo posible para que su hijo Alfonso XII recuperara el trono, como así sucedió en el año 1874.

Isabel II muere el 16 de abril de 1904. El historiador conservador José Luis Comellas hace un retrato de Isabel II “Desenvuelta, castiza, plena de espontaneidad y majeza, en la que el humor y el rasgo amable se mezclan con la chabacanería y con la ordinariez, apasionada por la España cuya secular corona ceñía y también por sus amantes".
El escritor Valle Inclán en su obra “la corte de los milagros“
hace la siguiente descripción: “La Católica Majestad, vestida con una
bata de ringorrangos, flamencota, herpética, rubiales, encendidos los
ojos del sueño, pintados los labios como las boqueras del chocolate,
tenía esa expresión, un poco manflota, de las peponas de ocho cuartos”.
Ya al final de su vida, Isabel II, en una entrevista con el escritor Benito Pérez Galdós le decía: “¿Qué
había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce años, sin ningún
freo a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis antojos y para
darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado mío más
que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más voces de
adulación que me aturdían ¿Qué había de hacer yo? Póngase en mi caso…”
Así describia Pérez Galdós a Isabel II en 1902. “El reinado de
Isabel II se irá borrando de la memoria, y los males que trajo, así como
los bienes que produjo, pasarán sin dejar rastro. La pobre Reina, tan
fervorosamente amada en su niñez, esperanza y alegría del pueblo,
emblema de la libertad, después hollada, escarnecida y arrojada del
reino, baja al sepulcro, sin que su muerte avive los entusiasmos ni los
odios de otros días.
Se juzgará su reinado con crítica severa: en él se
verá el origen y el embrión de no pocos vicios de nuestra política; pero
nadie niega ni desconoce la inmensa ternura de aquella alma ingenua,
indolente, fácil a la piedad, al perdón, a la caridad, como incapaz de
toda resolución tenaz y vigorosa. Doña Isabel vivió en perpetua
infancia, y el mayor de sus infortunios fue haber nacido Reina y llevar
en su mano la dirección moral de un pueblo, pesada obligación para tan
tierna mano”.
Para Isabel Burdiel “Isabel II no fue una ninfómana; simplemente
estuvo mal casada. Es cierto que tuvo muchos amantes, pero eso era
habitual entre la aristocracia y la realeza de la época”. Sin embargo, para mí si fue una ninfómana y no valen excusas de justificación.

NOTA EXPLICATIVA
Tras la caída de la reina Isabel II y su posterior exilio a Francia, los hermanos Bécquer, Gustavo Adolfo Bécquer el poeta y Valeriano Domínguez Bécquer, firmaban bajo el pseudónimo de SEM, la obra “Los Borbones en pelotas” realizada entre los años 1868-1869, una serie de acuarelas de amplio contenido satírico y pornográfico
Esta obra consta de 107 originales, que nunca fue publicada pero
circuló de forma clandestina. Esta obra fue descubierta en 1986 pero
solo se conservan 89 ilustraciones. Todas las ilustraciones menos la
primera corresponden a esta obra de los hermanos Bécquer
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