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Desde las enfermedades mentales de los primeros reyes como Felipe V o
Fernando VI, pasando por el más o menos inveterado apetito sexual de
otros como Isabel II o Fernando VII y terminando en la maldición de uno
de los nombres más perseguidos por el infortunio y la
desgracia.....
Alfonso.
Veremos también los numerosos intentos de regidicio sufridos por los
monarcas, e intentaremos descubrir las causas de la, extrañamente alta,
mortandad infantil entre los herederos.
Descubriremos en fin que, como en cualquier familia normal, las alegrías
y las tristezas van unidas de la mano de manera indisoluble, y de cómo
el carácter de sus gobernantes forja el carácter de un pueblo.
No se pueden desligar las informaciones periodísticas (sobre todo en el extranjero) sobre el rey emérito de todo lo anterior. Es la corona de un pastel.
La investigación de la fiscalía suiza (no confundir con la española) está destapando un (presunto) modus operandi basado en favores de representación y comisiones en el que el rey anterior está acompañado.
No se trata solo del AVE Meca-Medina, son también terrenos en favor de una constructora que está inmersa en procesos judiciales por corrupción. Que Villar Mir fuera miembro del jurado que ha otorgado este año el Princesa de Asturias de la Concordia, demuestra la inmoralidad del sistema que hasta perdió el valor del disimulo.
Es fácil imaginarse al emérito rodeado de una cohorte de empresarios viajando por el mundo para lograr contratos. Parecía que esa representación era parte de su trabajo en favor de España, pero España no aparece en ningún momento; tampoco al final del proceso cuando se declaran los beneficios y se pasa por la Agencia Tributaria.
¿Solo ha cobrado (presuntamente, eso sí) comisiones de los saudíes y de otras monarquías hermanas del Golfo? ¿Hasta dónde salpica este entramado al rey Felipe VI? ¿Hay algo más que su luna de miel por todo lo alto pagada con dinero de procedencia sospechosa?
Podemos, con sus luces y sus sombras, con su necesidad de apuntarse todos los tantos publicitarios y de hablar demasiado cuando toca esperar y ver, representa la amenaza más seria para la supervivencia impune de este tinglado.
No es solo miedo a una persecución judicial, es que muchos empresarios no saben operar de otra manera.
¡Que viene el coletas!
No se pueden desligar las informaciones periodísticas (sobre todo en el extranjero) sobre el rey emérito de todo lo anterior. Es la corona de un pastel.
La investigación de la fiscalía suiza (no confundir con la española) está destapando un (presunto) modus operandi basado en favores de representación y comisiones en el que el rey anterior está acompañado.
No se trata solo del AVE Meca-Medina, son también terrenos en favor de una constructora que está inmersa en procesos judiciales por corrupción. Que Villar Mir fuera miembro del jurado que ha otorgado este año el Princesa de Asturias de la Concordia, demuestra la inmoralidad del sistema que hasta perdió el valor del disimulo.
Es fácil imaginarse al emérito rodeado de una cohorte de empresarios viajando por el mundo para lograr contratos. Parecía que esa representación era parte de su trabajo en favor de España, pero España no aparece en ningún momento; tampoco al final del proceso cuando se declaran los beneficios y se pasa por la Agencia Tributaria.
¿Solo ha cobrado (presuntamente, eso sí) comisiones de los saudíes y de otras monarquías hermanas del Golfo? ¿Hasta dónde salpica este entramado al rey Felipe VI? ¿Hay algo más que su luna de miel por todo lo alto pagada con dinero de procedencia sospechosa?
Podemos, con sus luces y sus sombras, con su necesidad de apuntarse todos los tantos publicitarios y de hablar demasiado cuando toca esperar y ver, representa la amenaza más seria para la supervivencia impune de este tinglado.
No es solo miedo a una persecución judicial, es que muchos empresarios no saben operar de otra manera.
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