Cuenta la leyenda: Miles de años atrás, los dioses bajaron de las estrellas a la tierra para comenzar el Génesis. La civilización humana fue formada y alcanzo su punto más alto con la Atlántida. Una época obscura comenzó y la batalla entre los dioses de la Atlántida culmino con su caída. Una hermandad secreta trajo enseñanzas Atlánticas secretas antes de la caída de Egipto. A través de todas las civilizaciones y con inspiración de los guardias extraterrestres, la hermandad Atlántica secreta dirigió todos los sistemas políticos con una misión educacional. La emocionante información muestra por primera vez las actividades secretas de una hermandad en sus relaciones con los maestros invisibles de Shambala y Agartha y el secreto de la tierra hueca. También muestra increíbles imágenes reales de la isla de Tasmania.
PARTE I PARTE II
PARTE III
PARTE IV
PARTE V
PARTE VI
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Es un prolífico escritor; se estiman unas ventas de más de 63 millones de ejemplares de sus 26 libros, que han sido traducidos a 32 idiomas. Populariza sus hipótesis a través de sus numerosos libros, vídeos y programas de televisión. Su influencia se ha dejado sentir también en el campo de la ciencia ficción y en el movimiento New age.
Básicamente, Von Däniken da explicaciones inusuales a determinadas características de piezas arqueológicas, cuyo origen, según él, no estaría suficientemente documentado por la arqueología académica. Dichas explicaciones se basan en premisas no demostradas por la ciencia, como es la existencia de vida extraterrestre inteligente que pudiera en algún momento del pasado haber viajado por el espacio hasta nuestro planeta. Por esta razón no se le considera un científico.
Un ejemplo típico serían unas figuras sudamericanas preincaicas de 3000 años de antigüedad, grabadas en oro, que representan lo que para los científicos sería arte plástico inspirado en formas de insectos. Sin embargo, para Von Däniken estos «insectos» poseerían lo que él ve como sillas de pilotos, y estabilizadores verticales y horizontales, con lo cual le parece más lógico deducir que se trataría no de insectos, sino de aviones similares a los modernos, que los antiguos artistas debieron de conocer a través de su interacción con una cultura tecnológicamente mucho más avanzada de origen presumiblemente alienígena. Debido a su hipótesis, en 1991 se le otorgó el premio Ig Nobel de literatura por su libro ¿Carrozas de los dioses?, en el que explicaba que la civilización pudo haber sido influenciada por «astronautas antiguos» del espacio.
En mayo de 2003 abrió un parque temático basado en sus hipótesis sobre los «dioses astronautas» en Suiza, el cual ha sido catalogado por científicos como Antoine Wasserfallen, de la Academia Suiza de Ciencias Técnicas, como un «Chernobil cultural».
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